lunes, 23 de abril de 2012

Entre libros y regalos



   El siguiente martes, nos tocó asistir al campo de batalla sin nuestra líder. Así que nos aventuramos solitarios por la sala de traumashock, y ese día sííii que fue de shock total. Parecía que todos los niños de la sala iban a ser operados el día siguiente (de hecho así era) Todos estaban pendientes de tomar sus medicamentos a la hora, evitaban comer en mucha cantidad y veían ansiosos el reloj, hasta que supimos que  todos los niños de los dos primeras habitaciones compartidas estaban en estado preopertaorio. Finalizada la lectura, la cual fue interrumpida abruptamente por la hora de comer, decidimos ir en busca de algo especial que les animara a querer salir rápido de la operación para jugar, distraerse o simplemente tener algo lindo que lucir luego de la cirugía. De modo que la juguetería fue nuestra mejor aliada en ésta oportunidad; la verdad no se como hacen hoy en día los papas, puesto que los juguetes que queríamos no eran asequibles a nuestro bolsillo. Aún así pudimos encontrar unos dinosaurios, carros, motos, y lazos para el cabellos como obsequios.

      No tuvo precio la sonrisota espontánea que Anderson de tan solo 9años (mi pequeño por ese día) me regaló, cuando coloqué un pequeño dinosaurio de plástico en sus manos. Me dijo que lo pondría en la mesita donde tenía su televisor para recordarme siempre. Se reía un montón pues según él, le había hecho trampa, ya que quería de regalo, el libro de los dinosaurios que habíamos estado leyendo esa tarde, cosa que era imposible claro está. No obstante ese dinosaurio de juguete no le vino nada mal... 

Anderson Franco, 9 años de edad.
          Anderson Franco, sará intervenido quirúrgicamente, para reducir una hernia abdominal que lo tiene sufriendo de terribles dolores. Confío que las manos del personal médico que trabajarán en su operación serán guiadas por las tiernas manos del Dios del cielo para liberar de  semejante dolor a tan pequeña criatura. Así que luego les contaré cómo salió todo! ;)